EL DNU SE QUEDA SIN BLINDAJE EN EL SENADO
La Vice traza alternativas para evitar el debate en el recinto que ahora reclaman también los bloques provinciales. Mientras, crecen las certezas en todas las fuerzas políticas de que el megadecreto se encamina a un seguro rechazo. "A esta altura ella sólo quiere sacarse el tema de encima", dice un senador sureño. El dilema de no entregarle una victoria "al kirchnerimo".
El rechazo al DNU en el Senado es sólo cuestión de tiempo. En eso coinciden, por estas horas, radicales y peronistas no k, rionegrinos, entrerrianos y neuquinos. Victoria Villarruel se está quedando sin excusas para aplazar el debate en el recinto, sabe que no podrá seguir rechazando los pedidos de sesiones de Unión por la Patria y, frente a la guerra abierta entre Javier Milei y los gobernadores, los canales de negociación con las fuerzas provinciales están bloqueados. La convocatoria a una sesión especial realizada por nueve senadores que integran fuerzas provinciales fue la última advertencia. Y es que si bien algunos gobernadores apuestan a utilizar la amenaza del rechazo al DNU como prenda de negociación, los senadores más avezados saben que esto no ocurrirá y que el tiempo de espera pasó. Así se lo hicieron saber a la vice presidenta, que teje sus alianzas políticas en paralelo al Presidente y observa que el número para el rechazo está casi consolidado.
"Es mejor que lo hagamos nosotros y no el kirchnerismo", deslizó uno de los senadores que firmó la convocatoria a una sesión especial que se publicó el lunes y que, sin embargo, no tiene fecha. Era el zarpazo final luego de que UxP enviara, semana tras semana, tres cartas reclamando que se convoque a una sesión para tratar el DNU. Villarruel, entonces, se había negado sistemáticamente, apostando a diluir el debate en la comisión Bicameral de Trámite Legislativo (que aún no volvió a convocarse). El conflicto por la coparticipación de Chubut, sin embargo, terminó empantanando la relación que la Vice había sabido forjarse con las fuerzas provinciales.
Son nueve los senadores que firmaron la carta y que representan, hoy por hoy, el núcleo que podría definir si el mega DNU desregulador de Milei se cae en el recinto. Son el entrerriano Edgardo Kueider, el correntino "Camau" Espínola, la cordobesa Alejandra Vigo, los santacruceños José María Carambia y Natalia Gadano, los misioneros Sonia Rojas Decut y Carlos Arce, la rionegrina Mónica Silva e, incluso, el fueguino radical Pablo Blanco. Los encargados de juntar las firmas habían sido Kueider y Espínola, que aprovecharon la sesión preparatoria del viernes para moverse de banca en banca para sumar voluntades. El recrudecimiento del conflicto entre el gobernador Ignacio Torres y Milei durante el fin de semana solo sirvió para reforzar las voluntades.
Villarruel sabía que los bloques provinciales se le volverían en contra. Los senadores de la oposición que más conversan con ella aseguran que ya aceptó perder la batalla del DNU y que, ahora, lo único que quiere es "sacarse el tema de encima". "Ella conversa, dialoga, sabe que el tema ya está", afirmó un dirigente de una provincia sureña. Es por eso que el lunes, cuando la convocatoria se presentó, la presidenta del Senado no se sorprendió. Los legisladores de la oposición están convencidos de que lo que Villarruel quiere evitar es que "el kirchnerismo" le gane la batalla en su casa (el Senado) y es por ello que está negociando con los bloques provinciales para convocar, con ellos y no con UxP, una sesión para la semana que viene o la próxima.
El poroteo final
En el caso de que Villarruel termine convocando una sesión, La Libertad Avanza se arriesga a terminar la jornada con una media sanción en contra. Si bien no es suficiente para bochar el DNU -se requiere el rechazo de las dos cámaras- sí representaría una nueva (y fulminante) derrota para el oficialismo.
UxP viene haciendo el poroteo de votos en contra hace un mes. El peronismo cuenta con 33 votos propios y necesita sumar otros cuatro para llegar al quórum. Uno de esos votos es Lucila Crexell, neuquina que asumió como parte de JxC y que, ahora, se ha alineado con el gobernador Rolando Figueroa. Crexell, que es abogada, tiene una postura muy crítica sobre los DNUs en general: "Son inconstitucionales", aseguró a Página12. Si bien en el recinto votaría en contra, no firmó la convocatoria de los nueve senadores y aún no definió si dará quórum para la sesión.
Otro voto clave es la rionegrina Silva, que responde a Alberto Weretilneck y que le ha confirmado a UxP que dará quórum y votará contra el DNU. Otro que se encuentra en esa misma sintonía es el entrerriano Kueider, exintegrante del FdT. "Creemos que está el número para el rechazo. Si se convoca la sesión, el rechazo al DNU es un hecho", había afirmado en declaraciones radiales. "Camau" Espínola, en cambio, es una incógnita para el peronismo. Firmó el pedido de sesión especial y se ha manifestado contra del DNU, pero UxP teme que las disputas locales -es correntino y quiere competirle el año que viene a Gustavo Valdés- puedan afectar su decisión.
Los dos santacruceños, que responden a Claudio Vidal, también pican en punta para rechazar el DNU, aunque dependerá de las negociaciones de su gobernador con Milei. Este martes estuvieron presentes Vidal, Weretilneck y Figueroa en el Congreso para respaldar a Torres en su reclamo contra la Nación, y la idea es definir una estrategia común, aunque algunos gobernadores -como Weretilneck- tienen posturas ya tomadas.
Un capítulo aparte es el radicalismo. Pablo Blanco decidió en soledad y de manera inconsulta firmar la convocatoria a la sesión, a pesar de que es el vice presidente del bloque radical. Su decisión, sin embargo, representa la caótica división interna que existe en el partido respecto del tema. Del otro lado de Pasos Perdidos, en la Cámara de Diputados, el radicalismo ha apostado a ensayar estrategias intermedias que le permitan sortear el "todo o nada". Buscan modificar la ley que reglamenta los DNUs para poder tratarlos por partes o, en última instancia, buscan forzar una interpretación constitucional que les permita abordar el DNU por capítulos en la Bicameral (una maniobra ilegal pero que desde la bancada aseguran que podría ser jurídicamente avalado por algunos constitucionalistas).
En el Senado, sin embargo, el escenario es muy diferente. En la Cámara alta, la voluntad de rechazo del radicalismo es mucho mayor. Blanco no está solo: Martín Lousteau, Víctor Zimmermann, Maximiliano Abad y Daniel Kroneberger son otros senadores radicales que estarían dispuestos a votar en contra del DNU. "El número está", afirmó uno.
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